Saturday, November 3, 2007

Teneiller partis.

Me encantan los fines de semana largos... siempre pasa algo entretenido, como uno que pasé cuando vivía en Buenos Aires. Se hablaba en el colegio toda la semana sobre hacer una fiesta grande, de esas típicas de película gringa donde queda todo hecho pico, vasos rojos...en fin, llega todo el colegio a la casa de una pobre alma.

Finalmente, se reveló la locación de la fiesta milenaria: casa de mi gran amigo M, el próximo Sábado. Todos estábamos super emocionados, ya que estando en casa de amigos nos podíamos quedar a dormir, y tomar hasta la hora que quisiéramos. Además, quedaba cerca de mi casa así que podía ir caminando.

Llegó el día D. Por suerte, y gracias a una bendición divina, no llegó todo el colegio. Y de hecho, fue sólo el grupo de amigos cercano, así que mucho mejor. Fue la típica juntación de pendejines haciendo estupideces, tomábamos Absolut, estábamos al lado de la piscina, etc. etc. Nota aparte: nos metimos a la pieza de los papás de este amigote, quienes parece que aún tenían una vida sexual muy activa y romántica; habían velas por todos lados en el baño con jacuzzi para 4 personas, y la cama matrimonial tenía colchón de agua. Classy sex.

Anyway, my amigo M, host of the party, de la nada empieza a molestar a su hermana quien era 2 años menor. Nadie entiende como, pero de repente su discusión o juego se convirtió en catch me if you can, la hermana arrancando claramente. Durante la persecusión, la niña esta le cierra una puerta con las típicas ventanitas chicas a su hermano, y el como un He-Man cualquiera le pega un puñete y rompe el vidrio.

Varios minutos después, nos damos cuenta que con el golpe se había cortado su muñeca suicide style. Sangraba como la fuente de chocolate en el Ritz, y no teníamos idea que hacer. Nadie se sabía el número de teléfono para una ambulancia (yo conocía el de Shile no mah'), pero de una forma alguien lo logró a través de un celular y un seguro médico. LLegó una ambulancia, le inyectaron unas cosas, le cosieron otras, y los médicos no entendían que hacíamos solos en casa. Les mentimos, pero no creo que nos hayan creído. La fiesta se terminó y todos nos fuimos un poco asustados, pensamos lo grave que hubiese sido si nadie hubiera hecho nada al respecto. Mi amigo y su hermana creo que le echaron la culpa a uno de nosotros de romper el vidrio... pudo haber sido moi, pero ahora no importa, no lo he visto hace más de 10 años, pero su cicatriz aún la tiene.

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